A los cuatro años, Brian comenzó a presentar hinchazón en sus rodillas y manos. Su madre, Ofelia Reyes, lo llevó a un hospital privado donde solo recibió vitaminas, sin imaginar que ese sería el inicio de un largo camino. Poco tiempo después, cuando Brian estaba por cumplir cinco años, le dijo a su madre: “Mamá, yo ya no veo, ya miro nublado”. Primero perdió la visión de un ojo, luego del otro. La ceguera y un diagnóstico de artritis marcaron el rumbo de su infancia, pero no apagaron su espíritu alegre y resiliente.

Hoy, con 10 años, Brian es un niño que juega, se comunica y hasta maneja bicicleta. Su madre relata con emoción cómo, a pesar de los desafíos, su hijo vive con entusiasmo: “Cuando no hay sol, se pone a jugar con sus primos. Me dijo que quería una pelota y le compré una de plástico para que jugaran juntos. Él va a la tienda, compra su jugo, se divierte”. Estas escenas cotidianas reflejan cómo la vida de Brian ha sido transformada gracias al acompañamiento adecuado.





Este acompañamiento ha sido posible gracias al programa “Subsidios Familiares” de la Secretaría de Bienestar Social (SBS), que ofrece mucho más que un apoyo económico. Este programa brinda atención integral a hogares en situación de vulnerabilidad, especialmente aquellos que cuidan a niñas, niños y adolescentes con discapacidad. El objetivo es claro: mejorar la calidad de vida y generar oportunidades reales.
En el caso de Brian, el programa ha facilitado terapias en casa, educación en braille y actividades adaptadas a sus necesidades: “Le vienen a hacer sus terapias, a enseñar sus letras, y unos juegos que trae la seño para que sus manitas se pongan más duras. Cada 15 días vienen a la casa”, comenta Ofelia. Este modelo de atención flexible y personalizado permite que los beneficiarios reciban los servicios que realmente necesitan, en el momento y lugar adecuados.




La historia de Brian es solo una entre muchas. Es un ejemplo concreto de cómo los Subsidios Familiares representan una inversión en el presente y futuro de la niñez guatemalteca. Son una muestra del compromiso de la SBS por construir una sociedad más inclusiva, solidaria y humana, donde cada niña y niño tenga la posibilidad de vivir, jugar, aprender y soñar, sin que su condición sea un obstáculo.
Fotografías: Eduardo Mendoza
Texto: Asael Dïaz