Los hogares de abrigo y protección son espacios seguros y temporales donde la Secretaría de Bienestar Social (SBS) brinda atención integral a niñas, niños y adolescentes (NNA) de 0 a 18 años menos un día que han sido separados de sus familias por orden judicial, debido a situaciones de vulneración de derechos como abandono, maltrato, abuso sexual, trata de personas o rechazo social.
En estos hogares, cada NNA recibe protección, cuidado, acompañamiento emocional y apoyo especializado. Un equipo multidisciplinario —conformado por psicólogos, trabajadores sociales, educadores, terapeutas, entre otros profesionales— atiende las necesidades particulares de cada niño, niña o adolescente, promoviendo su bienestar y desarrollo integral.

La atención incluye terapias individuales y grupales, actividades educativas, recreativas y vocacionales, estimulación oportuna en la primera infancia y programas de vida independiente para quienes están por egresar. Se prioriza la salud mental a través de intervenciones terapéuticas que ayudan a sanar heridas emocionales, fortalecer la autoestima y enseñar herramientas para manejar el estrés, la ansiedad o el duelo.
En paralelo, se trabaja en la reunificación familiar o en la búsqueda de redes de apoyo, para que cada NNA pueda regresar a un entorno seguro y afectivo.






Actualmente, la SBS cuenta con 20 hogares distribuidos según el perfil y las necesidades de cada persona. Algunos, como el hogar Nidia Martínez, están especializados en el cuidado de NNA con discapacidad leve o moderada, mientras que otros como Ónice I, II y III, acompañan a jóvenes con discapacidad que ya alcanzaron la mayoría de edad y aún necesitan protección.
El objetivo de estos hogares es claro: restituir derechos, ofrecer un entorno digno y afectuoso, y preparar a cada NNA para su reintegración familiar y social. Porque todo niño, niña y adolescente merece crecer con amor, respeto y oportunidades.
Texto: Carolina Hernández
Fotografías: Archivo SBS