En medio de aplausos y miradas orgullosas, Kimberly y Oscar, dos jóvenes en proceso de reinserción, recibieron su diploma como procuradores en Ciencias Jurídicas y Sociales, un logro que representa mucho más que un título: es la prueba de que la transformación es posible cuando se combinan educación, voluntad y acompañamiento institucional.
Ambos son beneficiarios de los programas de la Dirección de Prevención Terciaria de la Secretaría de Bienestar Social (SBS) en alianza con la Universidad Rural de Guatemala, que abre caminos de reinserción real para jóvenes en conflicto con la ley penal. Con esta graduación de nivel técnico universitario, se continúan sumando precedentes positivos en la historia de la SBS: dos jóvenes egresados del sistema de privación de libertad alcanzan un título universitario mientras avanzan en su proceso de resocialización.


“La educación transforma vidas. Esto es la recompensa a todos los retos que enfrentamos cada día desde la SBS. Por esto trabajamos”, expresó emocionado el subsecretario de Reinserción, Carlos Menchú, quien subrayó que los jóvenes egresados ya pueden aplicar a plazas laborales dentro de la institución.
Detrás de cada logro hay un camino de esfuerzo. Kimberly, visiblemente conmovida, compartió su testimonio: “Nunca pensé estar aquí. Yo solo quería sacar bachillerato, pero los planes de Dios y de quienes creyeron en mí eran más grandes. Aprendí a valorar la libertad, la familia y a no hacer daño”.
Oscar, por su parte, habló desde el corazón: “Donde muchos ven oscuridad, ustedes nos dieron una luz. Esa lucecita que nos guía a seguir caminando. Este título también es de nuestras familias, de quienes nunca nos soltaron”.









La Dirección de Prevención Terciaria de la SBS ha sido clave en este proceso. Su directora, Anabella de León, explicó que los jóvenes comenzaron su formación en modalidad virtual durante la pandemia y han contado con acompañamiento educativo y laboral desde que salieron del centro de privación. “Hoy celebramos un peldaño más en este plan de vida. Actualmente, 45 jóvenes más están inscritos en carreras universitarias, motivados por el ejemplo de Kimberly y Oscar”.
La ceremonia fue también un espacio para reconocer el papel de las alianzas. Orlando Vega y Brady Martínez, representantes de la Universidad Rural, destacaron la importancia de creer en el potencial de los adolescentes y abrirles las puertas del sistema educativo. “Ustedes no saben el ejemplo que están dando”, dijo Vega, visiblemente emocionado. “Nos están diciendo a todos: sí se puede”.
El secretario de Bienestar Social, Marvin Rabanales, cerró con un mensaje lleno de sentido humano:

La graduación de Kimberly y Oscar no es el final. Es apenas el comienzo de un nuevo capítulo. Uno donde el estudio reemplaza la exclusión, donde la libertad se conquista con esfuerzo, y donde, como los protagonistas, la esperanza se viste de toga y birrete.
Texto: Carolina Hernández
Fotografías: Eduardo Mendoza